lunes, 1 de diciembre de 2014




ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE SOCIEDADES CIENTÍFICAS

Cuadernos de autonomía y humanismo para médicos especialistas

Cuaderno No. 1
La autonomía debe basarse en el humanismo

El médico especialista ha sido por tradición un líder natural del escenario social en el que se desenvuelve. Pocas profesiones como la del médico, han contado con la confianza y credibilidad del individuo, de la comunidad, de las familias, de los ciudadanos y de las autoridades. 

Pero estamos en un momento de quiebre porque la oferta y la demanda médica se ha incrementado notablemente y las interferencias sobre el acto médico con intenciones particulares, disfrazadas de altruismo, han avanzado bajo el silencio de los profesionales agremiados.

Las ciencias médicas son tan antiguas como la humanidad misma, de la magia y el empirismo se dio un salto excepcional a la ciencia, al estudio, a la disciplina y a la formación rigurosa. Ese marco histórico, la certeza de ayudar a los individuos y la amplitud de la formación académica nos brindó a los médicos la oportunidad de generar un enorme escenario de respetabilidad, credibilidad y confianza.

Consideramos que la autonomía del médico debe seguirse sustentando en esa realidad, sin perder el norte. En este sentido, el médico especialista debe hacer un esfuerzo cotidiano para distinguirse por el arte de conducir los conocimientos científicos a la curación del enfermo, dentro de un contexto de la mejor calidad clínica y la claridad de un diagnóstico acertado. Esto solo es posible con una alta dosis de humanismo.



No quisiera sonar cantaletudo o dogmático. La intención es que podamos tener oportunidad de reflexionar de manera profunda en el deber ser de nuestro ejercicio profesional, para que podamos sustentar nuestra justa petición de autonomía.

El humanismo, en el sentido amplio, significa valorar al ser humano y, especialmente, la condición humana. El humanismo tiene una relación muy íntima con los sentimientos de generosidad, compasión y preocupación.
Libres de dogmas, el humanismo del médico debe ser el impulsor de un comportamiento profesional que garantice la preservación de la confianza y credibilidad, que es sin duda el más significativo de nuestros valores reputacionales.

No podemos llegar a ser reconocidos como simples técnicos, ávidos de reconocimiento económico y profesional. La sociedad entera puede estar en camino de deshumanización, pero los médicos no podemos caer en esta tendencia suicida. Quisiera mejor invitarles para que seamos, en el acto médico, los generadores de una sociedad más humana.




Lo logramos si atendemos al paciente de manera integral, si nuestra forma de relacionarnos con él es el de la amabilidad, la discreción y la percepción, si atendemos sus necesidades y requerimientos, si absolvemos de manera sencilla y práctica sus inquietudes y comentarios, si aprendemos a escucharlos.

En el consultorio de un especialista la decisión médica debe ser compartida. El médico aporta su saber y experiencia y el paciente sus valores y sus deseos.


Vivir el humanismo que le dio vida a nuestra profesión es una manera inobjetable de seguir sustentando nuestra credibilidad y confianza de la gente.

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